La Casa de Elena
La Casa de Elena Parapsicologia



Vampiros ¿realidad?

Brujería

La Rusalka

Mitologia de Euskal Herria

Fantasmas y Espiritismo



 

MITOLOGIA DE EUSKAL HERRIA

Share Button




Parte 1     Parte 2

El País Vasco tiene una mitología propia cuyas leyendas dan origen a múltiples lugares mágicos.Algunos de estos se cree que acogen a seres mágicos, otros han sido lugar de Akelarres, otros tienen su origen en acontecimientos inexplicables ocurridos allí o en acontecimientos descritos en las leyendas.

La mitologia vasca es el cúmulo de creencias, personajes míticos y leyendas propias de Euskal Herria (Navarra, País Vasco y País Vasco francés) que se remontan a tiempos anteriores al cristianismo.

Los vascos mantienen una lengua, el euskera, que no tiene relación con ninguna de las que le rodean y que se estima es anterior a la entrada de los pueblos indo-europeos, como el Celta. Entre las diversas hipótesis del origen de los vascos una de ellas señala la permanencia, al menos desde el neolítico en el territorio que ocupan. La lengua expresa una base cultural concreta que ha ido evolucionando con el tiempo y las interrelaciones con otras culturas que llegaron al territorio. La más influyente, fue la romana y la introducción, desde ella, del cristianismo, que vino a sustituir la antigua religión que se desarrollaba en las tierras que ocupaban los hablantes del euskera en aquellos tiempos. El cristianismo, impusos sus formas y enmascaró los cultos y deidales autóctonas que fueron conformando el universo mitológico vasco.

A pesar de la cristianización sufrida por el pueblo vasco en el último milenio y de las persecuciones de la Inquisición, especialmente durante el siglo XVII que cuentan en sus anales dos de los más cruentos episodios de la Inquisición: los procesos de Logroño contra la llamada "secta de las brujas de Zugarramurdi" y el de Bayona, en el País Vasco francés, el pueblo vasco ha conservado numerosas leyendas que dan cuenta de una antiquísima mitología propia.

Las leyendas de pueblos vecinos más romanizados, como las del Alto Aragón, Cataluña, La Rioja, Cantabria o Asturias muestran una sorprendente similitud, especialmente en el área pirenaica, siendo este uno de los indicios que apuntan a una mayor extensión del puebla que lanzan o apilan grandes montañas de rocas (como los jentiles), evitar tormentas, curar enfermedades o adivinar el futuro (como los brujos).

Amalur nombre de origen Vasco. En euskera significa "Madre Tierra" o "Tierra Madre". Es una diosa de la mitología vasca y creadora de la hermana luna, la hermana sol y "eguzkilore", flor parecida al cardo muy abundante en el País Vasco y que se coloca en las puertas de las casas para ahuyentar a los genios, las brujas, las lamias y los espíritus malignos. Basajaun o Baxajaun, el llamado "Yeti Vasco", es el Señor del Bosque o el "Señor Salvaje": unos personajes de la mitología vasca de prodigiosa talla y fuerza, que los primeros pobladores de aquellas tierras encontraron habitando en los montes y bosques más remotos.

Habitaban en los bosques de Gorbea en Álava y Vizcaya y también en Irati en Navarra y en la zona de Ataun. Poseían forma humana, con el cuerpo cubierto de pelo y una melena muy larga. Lejos de ser agresivo, era protector de los rebaños de ovejas y éstas indicaban su presencia con una unánime sacudida de cencerros. Cuando se acercaba una tempestad o los lobos, daba gritos y silbidos en la montaña para prevenir a los pastores. A cambio, los Basajaun reciben como tributo un trozo de pan que recogen mientras los pastores duermen.

Pese a lo dicho, los Basajaun aparecen a veces en los relatos como unos hombres del bosque terroríficos, de fuerzas colosales con los que era mejor no toparse, mientras que en otros los Basajaun aparecen como los primeros agricultores y poseedores de secretos de los cuales los hombres aprendieron mediante ardides a cultivar el trigo, la fabricación y uso de la sierra, de la soldadura, etc.

Junto con Tartalo y los Gentiles (o Jentil), forma parte del grupo de gigantes de montaña en la mitología vasca.

Tartalo, Torto o Alabari, es un cíclope antropomorfo, gigantesco, con un solo ojo en medio de la frente. Su tamaño es descomunal al igual que su fuerza, y su entretenimiento favorito es tirar piedras de un monte a otro. Al contrario que otros personajes también gigantes, como los Gentiles, Tartalo es perverso, de instintos salvajes y muy agresivo. Se alimenta de niños e incluso se zampa a algún adulto de vez en cuando. Se cree que habitaba en el monte Saadar (Zadar) en Zegama (Guipuzkoa) donde hay un dolmen llamado Tartaloetxea.

Los jentilak, gentiles o paganos, son unos personajes de la mitología vasca dotados de fuerza sobrehumana. Lanzaban grandes peñascos hasta lugares lejanos y son los contructores de la multitud de cromlechs y dólmenes.Los gentiles parecen representar al propio pueblo vasco pre-cristiano, montañés por excelencia.

Una leyenda narra el final de los jentiles, acontecido cuando éstos divisaron una extraña luz en el cielo. No sabían qué podría significar y fueron a buscar al más anciano y sabio entre ellos. Cuando los cansados ojos de éste consiguieron divisar el fenómeno dijo: "Esa luz anuncia la llegada de Kixmi (Cristo), es el fin de nuestra raza." Y dicho esto, todos los jentiles corrieron a una sima a esconderse bajo tierra. Otra versión narra que uno de ellos se salvó convirtiéndose al cristianismo: este es el Olentzero que trae regalos a los niños vascos por Navidad. Hay diferentes nombres que estan relacionados con este ser mitologico.

Jentilarri: Con este nombre son designados algunos peñascos que, según ciertas leyendas, ocupan los sitios actuales por haber sido lanzados de lejanos parajes por los gentiles. Tales son los del barranco de Urdiola (Arrankudiaga), arrojados a aquel lugar por los gentiles que jugaban a bolos entre la montaña del mismo nombre y el Castillo Arakaldo; el de Markola (Karrantza) que, al ser lanzado por un gentil, aplastó a un hombre y a su yunta de bueyes; el llamado Aitzbiribil (en Mutriku), lanzado por los gentiles desde Santakruzmendi que está sobre Ondarroa; el de Amil (en Mutriku), lanzado por los gentiles desde la montaña Arno; el de Osunako-erreka (en Soraluze), arrojado por un gentil desde la cumbre de Atxolin....

Son también llamados Jentilarriak unos peñascos existentes junto a la ermita de San Martín (Mañaria) y una cueva abierta, según se supone, por los gentiles y considerada vivienda de los mismos.

Jentilbaratza: Con este nombre es conocido una cima situada sobre el puerto de Arrateta (Ataun). Se cree que en esta cumbre fueron enterrados los gentiles que en su última etapa habían vivido en aquel lugar. Asimismo, se cuenta que los gentiles de Jentilbaratza mantenían relaciones amistosas con los moradores de la casa Agerre situada al otro lado del desfiladero.

Jentileio: Es un hueco abierto en lo alto del monte Laiene (Urdiain), en una zona rica en leyendas y mitos. Los romeros de Ataun que se dirigían a la ermita de San Pedro atravesaban el río Agaunza en el puente de Mandabita, lugar de cita de las brujas, conforme a viejas leyendas. Subían luego por una antigua calzada hasta el collado de Berno, en la montaña de Ataun-Burunda. Existe en aquella zona un dolmen, también al lado de un antiguo "dantzaleku". De allí bajaban, por la vertiente meridional de la montaña, pasando junto a otro dolmen situado en el término de Txikilantegi. Atravesaban luego el portillo de Atilun, entre los montes Sarabe y Urrizti, dejando a la izquierda la ermita de Aitziber, y, siguiendo para abajo, llegaban a otro portillo entre las peñas Jeztene y Laiene, ya cerca de la ermita de San Pedro. Mirando del lado sur al monte Laiene, veían en su cima el hueco llamado Jentileio y en él creían ver sentada y peinándose a una hermosa gentil.

Este hueco mide casi dos metros de alto y metro y medio de ancho. Es el boquete de un túnel artificial de casi cinco metros de largo, que atravesando de sur a norte la montaña desemboca en un recinto llamado "Jentillen-sukalde". Asimismo, en la toponimia vasca aparece el nombre gentil en numerosos casos:

"Jentiletxe", es el nombre de los dólmenes situados en la montaña de Ataun-Burunda y en Alzania. Asimismo, en Mutriku existe una cueva que tiene el mismo nombre. "Jentiletxeeta" en Mutriku "Jentilzubi", cerca de la cueva de Balzola (Dima) "Jentilzulo" en Leitza y Orozko

En los orígenes, como se ha indicado, los Basajaun eran los poseedores de los secretos de la arquitectura, agricultura, herrería y la vida sedentaria, y fue el civilizador Martintxiki o San Martinico quien mediante argucias les arrebató el secreto para divulgarlo a la humanidad. Este ser mitológico también existe en la mitología aragonesa de los valles de Tena, Ansó y Broto, donde recibe los nombres de Basajarau, Bonjarau o Bosnerau.

Basajaun es un personaje similar a los encontrados en todo el continente Euroasiático en forma de Ogros, Trolls, Yetis y demás "hombres del Bosque" que algunos antropólogos y etnógrafos vinculan al recuerdo de nuestra coexistencia con el hombre de neanderthal y que ha quedado escrito en nuestra memoria colectiva en forma de mitos y leyendas.

San Martinico (San Martín Txiki en vascuence) es un Trickster de la mitología aragonesa y vasconavarra. consiguió robar, por medio de tretas, los secretos de la arquitectura, música, agricultura, herrería y la vida sedentaria de los basajarau (o Basajaun).

Este trickster probablemente lo creara la imaginación popular como arquetipo de los sanadores celtibéricos de la zona del Moncayo (más en concreto de los de San Martín de la Virgen de Moncayo) que viajaban a tierras vasconas y/o pirenaicas a curar a los enfermos con herramientas de bronce, cobre y hierro, materiales todos ellos desconocidos para los primitivos vascones y pueblos pirenaicos afines.

Se cuenta que los basajarau tenían montones de trigo guardados para sembrar en la época en la que la humanidad desconocía los principios de la agricultura. San Martinico apostó con los basajarau que era capaz de saltar por encima de los enormes montones. San Martinico perdió la apuesta pero algunos granos de cereal quedaron dentro de sus botas, de esa manera logró hacer llegar el cereal a los hombres.

Ya tenía el ser humano la semilla del trigo; pero no sabían la época de la siembra. Un día se arrimó San Martinico a la cueva de los basajarau, y escuchó una canción que salía de las profundidades: "Si los hombres supieran esta canción, bien se aprovecharían de ella: al brotar la hoja, siémbrese el maíz; al caer la hoja, siémbrese el trigo; por San Lorenzo, siémbrese el nabo". Así fue cómo supo la humanidad ciertos principios agrícolas además de la música.

En otra ocasión mandó a un niño a hablar con los basajarau para que les dijera que ya sabía cómo se fabricaba una sierra. Uno de los basajarau le dijo que entonces San Martinico debía de haberse fijado en la hoja del castaño, así fue como indirectamente se enteró San Martinico de cómo se fabricaban las herramientas para trabajar la madera.

Al enterarse el basajarau de esto bajó de noche a casa de San Martinico y torció alternativamente los dientes de la sierra, queriendo así inutilizarla. Sin embargo lo que hizo fue mejorarla y así se inventó la sierra triscada.

En otra ocasión mandó San Martinico un pregonero a los basajarau diciendo que ya sabía cómo soldar el hierro con el acero. Entonces el basajarau le dijo ""Ah, sin duda mojó con agua arcillosa ambas piezas", a lo que respondió el pregonero: "No lo hizo pero así lo hará", enterándose de ese modo de la técnica de emplear como fundente la arcilla con agua.

Con el mismo tipo de treta de pregonero mediante se enteró de que el eje del molino debía de ser de tilo en vez de roble, que se desgastaba muy rápidamente, así pues los hombres empezaron a beneficiarse del uso del molino en todo el mundo.

En la mitología vasca, Herensuge ("suge" significa serpiente en euskera) es un espíritu demoníaco cuya forma es la de un enorme dragón. Volaba dejando un rastro de fuego, y haciendo un sonido aterrador. Se alimentaba de caballos y burros, y a veces raptaba seres humanos y los ahogaba, se los comía o, simplemente, los hacía enloquecer.

Existen múltiples descripciones de este dragón, con múltiples nombres. Según unas, tiene siete cabezas, según otras, sólo una. Tendría también múltiples refugios. Hay varias historias diferentes sobre su muerte, cada una a manos de un héroe distinto.

Iratxo es un tipo de Duende de la mitología vasca. Su nombre parece estar directamente asociado a los helechos ("ira"), del que es diminutivo. Tanto en el País Vasco y en Navarra (Euskal Herria), como en el País Vasco francés (Iparralde).

En la actualidad se utiliza, como en otros muchos casos, como nombre de varón, aunque no muy común. Se suele confundir como la versión femenina de Iratxe, aunque, en principio no están etimológicamente relacionados.

Prakagorri. Duende amigable y beneficioso de fuerza y velocidad sobrehumana y de tamaño minusculo. Estos duendes siempre estan deseosos de trabajar y servir a su amo cuando estan al servicio de los humanos.



Mari



Representación de Mari.

Es posible que el nombre de Mari deba su origen al cristiano María. Pero tampoco cabe descartar otra procedencia; podría tener relación con Mair, Maide y Maindi con que son designados otros personajes legendarios de la Mitología del País Vasco. Mientras que los Mairi son los constructores de los dolmenes, los Maide son genios de los montes, de sexo masculino, constructores de los cronlenchs, mientras que sus correspondientes de sexo femenino son las Lamin o genios de las fuentes, de los ríos y de las cuevas; las Maindi son quizás las almas de antepasados que de noche visitan sus antiguos hogares, según creencias de la región de Mendive.

El nombre Maya parece estar relacionado con Maju que es considerado como marido de Mari y que debe ser el mismo al que llamaban Culebro.

Mari o Maddi es el numen principal de la mitología vasca precristiana. También existe en la mitología aragonesa bajo el nombre de Mariuena. Es una divinidad de carácter femenino que habita en todas las cumbres de las montañas vascas, recibiendo un nombre por cada montaña. La más importante de sus moradas es la cueva de la cara este del Amboto, a la que se conoce como Cueva de Mari, Mariren Koba o Mariurrika Kobea, que atribuye a Mari el nombre de Mari de Amboto o Dama de Amboto.

Mari, personificación de la madre tierra, es reina de la naturaleza y de todos los elementos que la componen. Generalmente se presenta con cuerpo y rostro de mujer, elegantemente vestida (generalmente de verde), pudiendo aparecer también en forma híbrida de árbol y de mujer con patas de cabra y garras de ave rapaz, o como una mujer de fuego, un arco iris inflamado o un caballo que arrastra las nubes. En su forma de mujer aparece con abundante cabellera rubia que peina, al sol, con un peine de oro. Su consorte es Maju o Sugar, sus asistentes las sorginas, y tiene dos hijos: Mikelatz o Mikelats y Atarrabi o Atagorri, que están siempre enfrentados, una representación paleocristiana del bien y del mal (Bat-arra-bi es la versión sugerida por Jorge Oteiza, en El libro blanco del preindoeuropeo, para solucionar el sonema que falta en la etimología que propone). Sugaar es el marido de la diosa Mari. Tiene forma de serpiente y está muy ligado a tormentas y truenos. Entre otros, castiga a niños y niñas que no obedecen a sus progenitores. En la zona de Ataun se dice que atraviesa el cielo en forma de media luna de fuego, precediendo a la tormenta. Se cree que vive bajo tierra y que sale a la superficie por la cueva de Agaramunda, por Sugaarzulo de Kuutzegorri o por Sugaarzulo de Arrateta. La serpiente castiga la desobediencia a los progenitores.

Entrada de Mariurrika Kobea,
en Amboto, morada principal de Mari.

Mari habita en cuevas en diferentes montes, aunque su morada principal se sitúa en la cueva ubicada en la impresionante pared vertical este del Amboto, justo bajo la cumbre. En estas cuevas recibe a sus fieles, los cuales deben guardar un estricto protocolo:

Se le debe tutear (hablándole en hika).

Hay que salir de la cueva de la misma forma que se entró.

No hay que sentarse nunca, incluso recibiendo la invitación de hacerlo, mientras se habla con ella. Mari es la señora de la tierra y los meteoros. Tiene el dominio de las fuerzas del clima y del interior de la tierra. Entre sus misiones está el castigar la mentira, el robo y el orgullo. De ella vienen los bienes de la tierra y el agua de los manantiales.

Sorgina quiere decir en euskera bruja. Las leyendas las sitúan como asistentes de la diosa Mari en su lucha por hacer pagar cara la mentira. Como personajes históricos, las y los "sorginak" se reunían las noches de los viernes en una campa llamada frecuentemente "akelarre" (campa del chivo) o "eperlanda" (prado de la perdiz) para celebrar rituales mágico-eróticos, que han pasado a la historia debido a la cruel persecución con que la Inquisición cristiana sometió a sus participantes. No confundir con adivino/a que recibe el nombre de azti.

Con los hombres se comporta de forma tiránica, o todo lo contrario, los llega a enamorar mostrándose como una mujer dócil y trabajadora, pero siempre con fin de impartir justicia por medio de la regla del no: si mientes, negando que posees algo que sí es tuyo, Mari te lo quita. Así, efectivamente, ya no lo tienes, y se produce la justicia. Presagia las tormentas y determina el clima. Además se la conoce por su capacidad para volar. Cuando está en su morada de Amboto, la cumbre está entre nubes; esto es la manifestación de su presencia.

Aunque todas estas leyendas en que se basa la tradición de Mari son posteriores al cristianismo, Mari se asemeja más a Gea, ya que vive en las cuevas, y a todas las diosas de la fertilidad y del amor, por el mismo motivo, y porque proporciona frutos y regalos.

Sin embargo no todos los investigadores están de acuerdo con esta identificación. Para la antropóloga Anuntzi Arana, Mari tiene más similitudes con los dioses supremos celestes Zeus o Júpiter, ya que, al igual que éstos, gobierna los fenómenos meteorológicos e imparte justicia.



Leyendas

Mari se bebe la vida de los hombres y los hace infelices.En la tradición aragonesa Mari es, sin embargo un ser benéfico que ayuda a los humanos. Son muchas las leyendas, tantas como pueblos, que existen sobre Mari. En cada sitio existe una historia, una leyenda, que habla de su origen (en muchos casos con elementos posteriores al cristianismo, como el demonio, el bautizo, etc.).

Aunque su morada principal está en Anboto, las cumbres del Oiz y del Aketegi (es conocida también como la "Dama del Aketegi" o "Aketegiko dama") son también de importancia para ella, junto con otras como el Murumendi o el Txindoki. Dicen que cada siete años cambia de morada, y en ese cambio se le puede ver surcar los cielos en un carro de fuego; dependiendo de la cumbre que habite, así será el tiempo que haga, lluvioso o seco. Otra característica es su larga cabellera rubia y la costumbre de peinarla al sol con un peine de oro a la entrada de su cueva.

Una de las leyendas más importantes es la que nos cuenta por qué Mari habita y es vista en todos los montes vascos. Mari es la encargada de llevar el buen y el mal tiempo de un lado a otro en el País Vasco, y se dice que cuando Mari está en Amboto llueve, cuando está en Aloña hay sequía y cuando está en Supelegor las cosechas son abundantes.

Su presencia se hace incluso visible para el que observa el efecto del perfil de las montañas, que se asemeja a una dama tumbada: la nariz de la dama (el Alluitz), el cuello (el llamado paso del diablo o puente del infierno (infernuko zubia) y los pies (el Amboto).

Distintas leyendas cuentan el origen de Mari; la más conocida dice que en una familia sin descendencia la mujer deseaba como fuese tener un hijo, a pesar de que a los veinte años se le tuviese que llevar el diablo, y al fin quedó embarazada de una hermosa niña. Días antes de que la muchacha cumpliera los veinte años su madre la encerró en una caja de cristal y la vigiló día y noche, esfuerzo inútil, ya que el mismo día de su cumpleaños el diablo, rompiendo la caja, se la llevó consigo a la cima del monte Amboto, donde habita desde entonces.

Otra de las leyendas sobre la procedencia de Mari, de la cual existen distintas versiones, cuenta que una madre y una hija vivían juntas. Un día la madre, enfadada, maldijo a la muchacha diciéndole: "Ojalá te lleve el diablo". Al decir esto apareció el mismo diablo y se la llevó, y la dejó vagando por los montes de la zona para siempre.

En otras versiones de esta leyenda la maldición de la madre es distinta: "Ojalá vueles por los aires tantos años como granos tiene una fanega de alubias rojas".

Existe aún otra leyenda de Ataun, con sus correspondientes variantes, que refiere el origen de Mari de otra manera. Según esta leyenda, había una mujer muy mala (tengamos en cuenta que el hecho de "ser mala" se refiere a que es precristiana y a que toma decisiones por sí misma, desobedeciendo a su marido), casada con un buen cristiano y madre de cinco hijos, que vivía en un caserío de Beasain (Guipúzcoa). Como no quería que los niños fuesen bautizados, el padre los subió a un carro, ató a él a la madre, y se encaminaron hacia la iglesia en busca de bautismo para los pequeños. Pero por el camino la mujer se envolvió en llamas, quemó las ligaduras que la ataban al carro, y, volando por los aires, gritó: "Mis hijos para el cielo y yo ahora para Muru". Y hacia el Murumendi se dirigió, donde desde entonces está. En ocasiones ha sido vista cerca de una sima existente en aquel monte, sentada al sol, peinándose su caballera rubia con un peine de oro. Leyenda de similares características es conocida en Arano.

Frecuentemente se ha asociado a la "Dama" con personajes de la historia de Vizcaya, creando una simbiosis entre mitología e historia, dando lugar a leyendas con diversas versiones:

Una de las leyendas cuenta cómo Doña Urraca, hija del rey de Navarra, se casó con Pedro Ruiz, señor de la casa de Muntsaratz de Abadiano. El hijo mayor, Ibon, era el destinado para ser el heredero de tan noble estirpe y odiado por su hermana menor, Mariurrika. Un día en que se encontraban en Amboto, mientras el hermano dormía, después de comer, movida por el odio y la envidia, arrojó a su hermano, con la ayuda de una criada, por las verticales paredes de la montaña. A su regreso dijo que su hermano se había despeñado. Acosada por la conciencia, una noche se presentaron en Muntsarantz los ximelgorris o genios diabólicos. Desde entonces ha desaparecido y se dice que habita en las cuevas de Amboto.

También se le vincula con el primer señor histórico del territorio, Diego López I de Haro, al que se supone casada. Al casarse le hizo prometer que nunca se santiguaría en el interior de la casa, pero un día éste incumplió su promesa y Mari, inmediatamente, salió de la casa volando con su hija. Esta leyenda muy bien puede hacer referencia a los pactos alcanzados para mantener a Vizcaya dentro de Castilla y a la traición que los señores de Vizcaya cometieron cristianizando el país (y rompiendo el pacto con Mari). Esta leyenda es similar a la que narra la maldición de Melusina. Debido a la maldición que su madre le echa, Melusina está obligada a convertirse los sábados por la noche en mitad serpiente, cosa que ocultó a su marido hasta que éste la descubrió, lo que provocó que ésta huyera volando.

Hay dos teorías. Una sugiere que es una adaptación del nombre cristiano de María, aunque evidentemente aplicado a un personaje esencialmente diferente y más antiguo. Resulta más verosímil asociar el origen del nombre a la propia lengua vasca. Dentro de esta segunda teoría se barajan dos posibilidades: que el nombre proceda de la eliminación de la primera vocal de una palabra, siendo posiblemente su origen Amari (Ama + ari), es decir el oficio de ser madre, o bien Emari (Eman + ari): don, regalo; la segunda posibilidad asocia el origen del nombre con los Mairu, Maire o Maide (genios que habitan en los montes y amantes de las lamias) o Maidi (almas de los antepasados). Además hay que añadir que en ciertas zonas se le denomina Maddi.

Lamia es un personaje femenino de la mitología y el folclore grecolatinos, caracterizado como asustaniños y seductora terrible. En este último aspecto, constituye un antecedente de la vampiresa moderna. Se la concibe como un personaje individual, pero también como el nombre genérico de un tipo de monstruos (las lamias). A menudo se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa) o hebrea (Lilith). En el folclore neohelénico, vasco y búlgaro encontramos tradiciones sobre lamias, herederas de la tradición clásica. Pero nosotros estamos interesados en la de procedencia vasca, y es la que vamos a describir.

Está basada en la leyenda de las lamias (datada en el siglo XIX) que dio nombre a esta zona de marismas y que el escritor Antonio Trueba dio a conocer en su libro El canto de la Lamia.

En ella se cuenta la dramática historia de la anciana Prudentzia que, después de enviudar estando embarazada, sacó a su hijo Inaxio adelante. Cuando éste tuvo edad de hacerse cargo de las heredades, las vendió y se hizo a la mar, su gran ilusión.

Prudentzia, que se quedó muy triste y sola, siempre miraba a la desembocadura del Ibaizábal con la esperanza de ver algún día la vela de la nave de su hijo.

Una tarde, encontrándose en el pináculo de Bérriz, divisó una vela blanca y bajó corriendo hasta las junqueras de Ondiz, pero cuando se encontró al pie de la ansiada nave, cayó al suelo dando un grito de dolor; su corazón la había engañado, no era la nave de Inaxio. Como pudo, emprendió el camino a casa y en dichas junqueras murió.

Se dice que en ese momento se escuchó el canto de las lamias y que Prudentzia se convirtió en una de ellas.

Según la leyenda, este dulcísimo y singular canto resuena siempre que abandona estas montañas algún hijo de ellas.

Desde entonces a las junqueras de Ondiz se les dio el nombre de Lamiako Hondartza (Playa de Lamias, en euskera) y de ahí el nombre del pueblo de Lamiako.

Mairu (o mairuak en plural en euskera), también llamados intxisu(ak) en el valle del Bidasoa eran, según la Mitología vasca, gigantes constructores de dolmenes. A menudos se les asocia con las Lamias.

A los Mairu se atribuye la construcción de ciertos dolmenes y cromlechs como los de Ibañeta de Zugarramurdi, los de Oyarzun, los de Buluntsa. En Mendive, tales construcciones se deben a las compañeras femeninas de los maide, es decir, a las lamias. En Oyarzun llaman intxitxu a los constructores de los cronlechs de la región y dicen que son cementerios de estos genios. Como en el cronlench designado allí: Mairubaratz (huerto de Mairu), podríamos pensar que Maide, Mainde, Maire y Mairu tienen quizás un origen común y que Intxitxu, genio maculino correspondiente a la lamia y a sorgin es otro de los topónimos Maide. En Oyarzun existe una cueva cuyo nombre deriva de Maidazulo a Intxitxu a Mairi a Mairu.

Se unen personajes con este nombre que figuran en varias leyendas de la Baja Navarra, de Laburdi y del extremo oriental de Guipúzcoa, con tales funciones. En otras zonas del país estas labores van asociadas a otros nombres: mairi, maru, mooru, moro, jentil, maide, lamina, sorguin.

En otras áreas de la Europa Atlántica es también creencia, la llegada de "gentes del Sur" con la ciencia de construir Monumentos Megaliticos.La presencia de cromosomas geneticos en el ADN masculino, haplogrupo E1b1b1 en minorías aisladas de la población europea (incluida la vasca) a lo largo del litoral atlántico europeo hasta Escocia, y en ADN femenino hasta Escandinavia, parece confirmar la llegada desde hace muchos siglos sino milenios atrás, de navegantes mediterráneos de origen norteafricano, donde es más frecuente este tipo genetico entre la población.La lengua vasca y gaelica contienen indicios de préstamos Amazigh o Bereber, ya conocidos desde hace dos siglos, y sin explicación desde entonces ya que no provienen de la misma familia lingüística ninguno de ambos.

Hay leyendas en que el brazo desecado o un hueso del brazo de Mairu aparece con virtudes misteriosas. Su nombre es Mairu-beso o brazo de Mairu, más concretamente un hueso del brazo del niño muerto sin bautizar. En las narraciones el protagonista utiliza ese hueso como tea para alumbrar de noche y a veces para adormecer a los habitantes de la casa donde la antorcha se halla encendida. Esta leyenda es conocida, por lo menos, en la región de Garazi. Pero los relatos en los que figuran individuos que se sirven de huesos humanos para alumbrar de noche también se ve en otros lugares como Ataún (Guipúzcoa) y Meñaca (Vizcaya), por ejemplo.

La morada de Amboto.De los muchos habitaculos que Mari tiene por los montes de Euskal Herria la principal se encuentra en el Amboto. La llamada Mariurrika kobea o Mariren kobia se encuentra a 1200 m de altitud, debajo justo de la cumbre de este monte. Su entrada se ubica en la impresionante verticalidad de la pared este, que forma con la oeste del Azkilar la impresionante canal de Artaungo sakona.


Ubicación de la cueva de Mari


Pasillo interior que conduce a las sima


la cara de Mari


La cueva tiene una gran entrada, en altura, que abre un corredor hacia una sala iluminada por una apertura al abismo. Esta "ventana" es visible desde abajo, mientras que la entrada queda oculta por estar situada en un chaflán de la roca. A su lado cae un chorretón de agua, gotas en verano, del cual hay que beber si se pretende que el deseo que se le ha pedido a la diosa bruja se haga realidad. De la sala iluminada parte otro corredor hacia el interior del monte. Sobre el mismo hay una formación natural que recuerda a la cara de una mujer en la que algunos creen ver a Mari. Este corredor acaba en una sima de 70 m de profundidad. A la derecha, pasando por una pequeña apertura, se accede a otra sima menor.

Para llegar a Mariurrika Kobea, hay que subir hasta el collado de Aguindi, que se conforma entre la cubre del Amboto y el espolón de Failea Atxa, y de allí seguir el pequeño sendero dirección este que nos conduce, bajo la cumbre, hasta la pared vertical en la que se ubica la cavidad. Cuando llegamos al borde de la misma un túnel natural nos permite acceder al acantilado.



Un momotxorro prepara el fuego para el akelarre.

El Momotxorro es un personaje de origen desconocido del carnaval de Alsasua: es mitad hombre y mitad toro.

La costumbre desapareció en la década de 1930, y se recuperó en 1990, aunque esto no gustó a la gente anciana del lugar, ya que el recuerdo de esos personajes iba unido a historias de pillaje, robo e incluso agresiones. Es uno de los personajes del carnaval vasco con más carga violenta y sexual: recorre las calles con su sarde (la horca) atemorizando y "agrediendo" a quien se encuentra a su paso, y entrando en las casas ajenas para "saquear" su interior. Llevan cuernos y se tapan el rostro con pañuelos o con cerdas de caballo. Visten una camisa blanca manchada de sangre, y pieles de oveja. Visten pantalones azules, calcetines blancos y abarcas. Levantan ruido con cencerros cosidos a la piel de oveja o colgados alrededor de la cintura. Atacan con el sarde.


Olentzero en Hendaya (Francia).

Olentzero u Olentzaro es un personaje navarro de la tradición navideña vasca. Se trata de un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los hogares de Euskal Herria (País Vasco, Navarra y País Vasco francés) cuyo origen está en la zona de Lesaka. El personaje El Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desarrapado, manchado de carbón, de buen comer y borrachín. El Padre Donostia lo describe como "cabezón sin inteligencia" (buruhandia, entendimendu gabea) o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.

Zanpantzar o Joaldun es un personaje tradicional de la cultura vasca originario de los pueblos navarros de Ituren y Zubieta que anuncia la llegada del Carnaval agitando sus cencerros (joaleak) en la última semana de enero. También se les denomina joaldunak. En la actualidad existen comparsas de Zanpantzar tanto en Navarra como en el País Vasco.Se trata de una tradición rural cuyo origen se desconoce, pero cuyo sentido es forzar el "despertar" de la naturaleza, tras el invierno a base de hacer ruido. Primero los de Ituren realizan la danza en el barrio de Latsaga, en Zubieta y luego al revés.



Parte 1     Parte 2
 

Anuncios de Google