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LA RUSALKA

(Mitologia eslava)
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En la mitología eslava existen unos espíritus femeninos [un fantasma o ninfa del agua, un demonio o un subcubo (diablo que se aprobecha de uso de su caracterizacion femenina)], algunos tambien opinan que eran sirenas del agua, llamados rusalkas, los cuales habitan en ríos, lagos y, a veces, zonas costeras. En algunas ocasiones se dice que la rusalka es un ser muerto, asociado con la "fuerza oscura". Existe otra versión que sostiene que una rusalka es el alma de una mujer joven que ha muerto cerca de un río o un lago, y embruja dicho lugar. No es necesariamente mala, y le será permitido morir en paz si su muerte es vengada. Por lo general, se las describe como mujeres hermosas de piel nívea y larga melena verde. Sus ojos son completamente blancos, si es que en ellos no arde un intenso fuego del mismo color que su pelo. Sus ropajes suelen consistir en una túnica blanca o en escuetos vestidos confeccionados con hojas del bosque.

Rusalca

Muchas de las tradiciones populares dicen que a medianoche, le gustaba salir a bailar en los prados y bosques. Las rusalkas pasan la mayor parte del año bajo el agua. Hasta principios de junio no abandonan sus hogares subacuáticos, que pueden ser tanto lujosos salones de cristal como modestos nidos hechos de plumas y paja. Entonces, sobre todo por las noches, salen a la orilla y se dedican a hilar, lavar lino o, sobre todo, entonar extrañas canciones desconocidas para el resto de los mortales. También suelen subir a los árboles cercanos al cauce del río, en cuyas ramas les gusta columpiarse, sobre todo si se trata de un sauce o un abedul, y de las cuales solo bajan para ejecutar insólitas danzas en grupo. Allí donde bailan las rusalkas la hierba crece más fuerte, abundante y verde. Si veían algun hombre que le gustara, lo embrujaba con sus canciones y bailes, y de esa manera era como se lo llevaban al fondo del río a vivir con ellas. No obstante, algunas rusalky amaban a los mortales y una incluso abandonó su lago para casarse con un príncipe. La única condición para la unión era que la rusalka permanecería entre los humanos mientras él le fuera fiel. Ante una infidelidad, la rusalka volvía a su hogar y un simple abrazo significaría la muerte.

Dicen que si el pelo de una rusalka deja de estar húmedo, esta muere. Por ello, siempre que se alejan del agua, internándose en el bosque o el campo, llevan con ellas su peine, con el, al peinarse, hacen salir un ligero chorro de agua para que se mantenga humedo. Para los humanos su proximidad puede resultar muy peligrosa. Cuando alguien, sea hombre o mujer, las sorprende bañándose en el río, lo intentan atraer al agua mediante argumentos aparentemente inocentes o hipnotizándole con su mágico canto, y, una vez allí, lo ahogan o le hacen cosquillas hasta provocarle la muerte. Quien las encuentra mientras bailan, se siente impelido a imitar sus contorsiones, quedando deformado o aquejado del baile de San Vito para el resto de su vida. A la rusalka le gusta seducir a los hombres. Lo seducen con su canto y después lo ahogan. Los hombres que son seducidos pueden morir en sus brazos, y se dice que oír su risa, también puede provocar su muerte.

Según afirman en Bielorrusia, para protegerse de las rusalkas hay que arrojarles un pañuelo o, en su defecto, un jirón de la propia ropa. En otras zonas se dice que basta con llevar en la mano una ramita de ajenjo.

A principios de junio tiene lugar la Semana de las Rusalkas, durante la cual es peligroso bañarse en el río y no se debe trabajar, ya que si las rusalkas se enteran acabarán con el ganado y las aves de corral del infractor. Resulta conveniente tenerlas contentas, pues ellas pueden incidir en la calidad de las cosechas provocando lluvias o acunando a las mazorcas de maíz con sus cánticos. A veces también estropean las ruedas de los molinos y rompen las redes de los pescadores, aunque es probable que realicen estos detrozos de forma involuntaria. Max Vasmer subraya que la misma palabra rusalka hacía referencia a los bailes de las jóvenes durante Petecontes. La palabra proviene del griego ῥουσάλια, o sea, "rosalia", que es el término en latín para denominar la semana de Pentecostés (que significaba en sus orígenes "el festival de las rosas").

Rusalka

Antes de ser sobrenaturales ninfas acuáticas, algunas de las rusalkas fueron mujeres normales. El alma de las jóvenes que se suicidan, mueren estranguladas o ahogadas puede convertirse en rusalka. Para evitarlo, sus familiares han de realizar ciertas ofrendas frente a su tumba durante la Semana de las Rusalkas: verter alguna bebida alcohólica, romper varios Huevos de Pascua y dejar unas tortitas cocinadas en casa, tras lo cual deben cantar una plegaria a las rusalkas.

También las almas de los niños muertos antes de nacer o de ser bautizados pueden convertirse en rusalka, en este caso son un caso especial que tiene la apariencia de una niña de siete años. Las rusalkas adultas se llevan estas almas de las tumbas y los velatorios, y las conducen a su morada subacuática. Cada Semana Santa, durante siete años sucesivos, el alma del niño tiene permitido salir a buscar a alguien que la bautice. Tras oír de boca de un ser humano: “Te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, será libre de emprender su camino hacia el Cielo.

Las historias acerca de la rusalca se parecen a otras que aparecen en otros paises como pueden ser irlanda o grecia. Segun creencias poseía la sabiduría universal de todo los conocimientos y de todas las ciencias, era la que otorgaba inteligencia a todo ser, dependiendo de las órdenes de Flintz.

Se decía que en el fin de lo tiempos, la rusalka estaría con un único ser humano quien seria el creador de las nuevas generaciones a seguirle y él los guiaría a una nueva era de poder y magnitud como ser único y todopoderoso. En su mano derecha tendría a Flintz conocedor de todos los secretos de todo ser vivo en este univero, y a su izquierda a Rusalka misma conocedora de toda las ciencia, sabiduría e inteligencia.

 
Rusalca de Bilibin
 

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