La Casa de Elena
|
||
La Casa de Elena
![]() LA CIUDAD SIN NOMBRE. LOS SENDEROS SECRETOS AL ABISMO ZIZI: LA VIDA SIN AVENTURAS NO VALE LA PENA LA MANSION DE LAS PESADILLAS DRACULA CONTRA LOS VAMPIROS lA ESTRELLA DE LOS DESDICHADOS: la Persona que dice la verdad ANNUSHKA y KEMMA: El combate eterno de las dueñas del Destino LA CIUDAD ANONIMA II: Nadie se librara de su destino LA SANGRE DEL VAMPIRO LA MUERTE SALE DEL ORDENADOR |
LA SANGRE DEL VAMPIRO![]() Fragmento de la novela: La luna se había inclinado y mirando desde el horizonte, iluminaba el antiguo parque. Centelleaba con sus brillos plateados en el agua del estanque, a pesar de la hora avanzada por las sendas paseaban las parejas enamoradas. Las malezas pomposas eran apartadas por la mano de alguien, y salían después dos cuerpos, Ángela y Antony. –¡No esperaba que saldríamos aquí!¡Nunca lo hubiera pensado! –Aquí antes había una hacienda, y en ella unos sótanos enormes. He estado aquí más de una vez. –Parece que del sótano no sólo estaban informados los vampiros. Han seguido por la senda plateada y blanca, como si lucieran en la oscuridad, los arbustos florecidos a su alrededor. Las condiciones eran embriagadoras en esa noche veraniega en la que había entrado la muchacha, de ese modo todos los miedos y las alarmas se habían quedado detrás, al instante se había transformado todo en una cita. La luna de plata, el olor que aturde de los colores, un hombre hermoso cerca de ella... Se elevaban por un pequeño puente encorvado, y se paraban sobre su centro. Ángela le miraba sus manos delgadas en la baranda de la pasarela, Antony las tenía muy pálidas. Las toco, pero con precaución: –¿Por qué vosotros las teneís tan frías? –Porque soy un vampiro. En realidad se puede decir un cadáver andante. –¡No hables así! –He conseguido acostumbrarme ya a esta condición. Delante de ellos habían pasado abrazados por la cintura, un joven y una muchacha, se habían echado a reír conversando sobre algo. Era una noche calurosa, sofocante, la noche perfecta para amar, y Ángela no podía resistirse a su poder. La muchacha con ensueño miraba a la luna, sentía una dulce tristeza, después comprendía que no debía retroceder. –¡Todo esto es tan insólito!, aunque creo a ciencia cierta que los encuentros nunca son casuales. Debíamos encontrarnos, ese era nuestro destino, lo quieren así las fuerzas supremas. –Quien sabe, –él se había apartado lúgubremente y miraba intensamente a la muchacha, – es poco probable que ellos decidieran perseguirnos esta noche, pero más vale irse de aquí por si acaso. –Sabes, Antony, yo realmente nunca he tenido una relación seria con ningún muchacho. Probablemente, sentía que alguna vez encontraría un amor en un tiempo cercano, con una persona a la que poder dar todo mi ser. Las muchachas paseaban con los muchachos de nuestra clase y a mí siempre me parecía aburrido ir con ellos. –Puede ser que encuentres todavía a esa persona. Mientras te mantengas viva hay esperanza. –¡Antony! –¿Qué? –Antony... –Había callado, sin saber que decir. Abandonaron el puente, regresando despacio por la senda. Eran audibles en todas partes las risas, los juegos silenciosos, y la música. Poco tiempo después Ángela veía un banco solitario, vacío. –Estoy muy cansada... ¿Podemos descansar un poco? Antony no respondió. La expresión de sus ojos oscuros había cambiado, en ellos se había inflamado un nuevo sentimiento. Él de nuevo miraba a la muchacha, y después la abrazaba por los hombros conduciéndola hasta el banco. –¿Tanta necesidad tienes de descansar realmente? – Su voz hacía vibrar todo el cuerpo de Ángela, se disolvía como el azúcar. –Sí... Sí...– susurraba Ángela, sin tener fuerzas para controlar los sentimientos que la habían desarmado. Se sentaron en el banco. Las manos duras de Antony habían rodeado su talle, los cabellos largos le caían por su mejilla: –¿Estas segura que quieres esto, amor mío? –Sí... Sí... Soñaba con ello, venias a mí en los sueños, y me llevabas muy lejos, mas allá de... –Basta de palabras... Una dulce languidez se apoderaba de su cuerpo, había perdido casi hasta la capacidad de moverse, sin fuerzas colgaba en las manos de Antony. Su cabeza se había echado hacia atrás y con los ojos inmóviles, con las pupilas extendidas, miraba a una luna curiosa. Las manos de Antony se deslizaban por el cuerpo de la muchacha, él decía algo aumentando el sopor... –Te quiero... Te quiero... Esta es nuestra noche... Él se había inclinado sobre el cuello caido hacia atrás de la muchacha, y después de repente, con dureza la arrojaba fuera de su lado. Se había golpeado sobre el respaldo del banco, el dolor había destruido el dulce entumecimiento, con extrañeza miraba a Antony: –¿Por qué? –¡Aléjate de mí! –Él se había levantado, alejándose del banco –. ¡Huye, mientras puedas! –¿Por qué? ¿Por qué? –En su voz sonaban las lágrimas. –¡No intentes venir detrás mío! Él se había ido apresuradamente por la senda. Ángela se había quedado sola. Estaba intentando contener el llanto, no podía comprender de modo alguno que había sucedido. La muchacha estaba dispuesta a pertenecerle en cuerpo y alma, a darle todo a ese extraño tan querido, y él la había rechazado, la había despreciado, como si no se hubiera dado cuenta. ¿Por qué? La respuesta no la encontraba en ese momento. Habiéndose repuesto de esta debilidad, Ángela se secó con las manos los ojos y se levantaba enérgica del banco. El dolor la había restablecido algo su cordura, y desembotada le había vuelto la capacidad de pensar. ¡Estos encuentros casuales no son para mí, había pensado la muchacha con rechazo. Pero tengo una carrera de periodista que me espera, e investigare hasta el final de esta historia! ¡A partir de ahora eres completamente invisible para mí, Antony. Como otro hombre cualquiera!… Pero como vampiro es otro asunto… Ya que es una buena noticia. Habiendo tomado esta decisión, la muchacha salía tras el vampiro que la había rechazado, tratando de convencerse que lo hacía exclusivamente por el deseo de desentrañar el misterio. |
Anuncios de Google |
La Casa de Elena
La biografia de Elena Artamonova
Muñecas de silicona de Elena Artamonova
La confesion de Dracula
Libros de misterio
Libros de aventuras para niños
Fragmentos de los libros
Cuentos
Libros de costura
Parapsicologia
Tienda
Foro
Novedades de la pagina
Mapa de pagina
Descargas
Fotos
"La Casa de Elena" en ruso
|